“Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
o sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.” M.B.
Entiendo la angustia del ánimo por amor y su impulso irresistible. Entiendo que todo es posible, si del sentimiento intenso se habla, aunque haya que salvar la pesadumbre de los corazones. En la prevención de encontrarte, la certeza me despreocupa de las débiles vacilaciones. Y, al igual que Mario, pienso que el tiempo apremia y nos premia no a destiempo, si no en el justo momento fortuíto de no huir de la pasión. Y en términos breves no se puede ser más preciso que este uruguayo, que en amor armoniza el sufrir y el gozo. Y ahora que otro genio se encuentra fuera de este “paréntesis en medio de dos nadas”, mi pensamiento y mi alma dispersa, me dicen de nuevo que muero y vivo por ti… y viceversa.
Murió Benedetti, el poeta del amor y el compromiso
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3 comentarios:
Como siempre Mario no puede decir más desde lo sencillo. La belleza simple del lenguaje simple para explicar lo más complejo... perdón... Complejo con mayúscula, porque aun nadie ha conseguido explicar las razones de los sentimientos. Quizás no tengan, quizás no tengamos nada para justificar lo que sentimos. Y aun así sentimos... es más de lo que se puede pedir en este mundo empírico... y tal vez por eso vivimos con ellos y por ellos. Los sentimientos nos divinizan, nos humanizan y hasta nos animalizan. Porque vivir y amar es así... y estar jodido y radiante es mejor que estar jodido.
...y yo estoy tan radiantemente jodida como jodidamente radiante
"Y, al igual que Mario, pienso que el tiempo apremia y nos premia no a destiempo, si no en el justo momento fortuíto de no huir de la pasión"
Impresionante
Ay Horacio, Horacio y el Suso éste y Peter que no entienden de lirismos te ponen a montar a las 8.00 de la mañana. No hay derecho, no tienen corazón. Ellos no conocen como tú ni a Benedetti, ni a Neruda; ni Quiroga, claro
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